(Por Sebastián Aguilera) - La Selección Argentina derrotó a México por 3 a 1 y se aseguró el pase a Cuartos de Final de Sudáfrica 2010. Más allá de la victoria, las falencias mostradas por la defensa nacional sembraron un poco de incertidumbre de cara al futuro. Tévez, Higuaín, Heinze y Otamendi, las figuras.
Había que ganar y se ganó y quizás todo análisis, comentario o crítica que se pueda hacer al respecto del partido pasará a un segundo plano ante el inapelable hecho de haber cumplido el objetivo. Argentina está en cuartos de final, es uno de los equipos más goleadores del torneo, tiene al artillero del Mundial y solo eso bastaría para dormir tranquilos e ilusionados de cara al futuro.
Sin embargo, uno se ve obligado a poner la lupa y dar una observación detallada de lo que fue el partido frente a México. Incluso, a riesgo de que toda esa esperanza que mencioné antes, se pueda llegar a ver un tanto debilitada.
En plan de eso hay que decir que a la Argentina le costó demasiado superar a un rival que, a priori, todos veían como un trámite. El planteo de Javier Aguirre – que de esto de dirigir sabe bastante- logró su objetivo. Sus dos líneas de cuatro le quitaron la pelota a los de Maradona y hasta llegaron a hacer tambalear el arco de Romero con dos remates de media distancia – uno pegó en el travesaño y el otro se fue rozando el palo-.
Pero claro, este modelo 2010 de la selección Albiceleste, tiene un plus, un arma letal que aparece en el momento justo. Argentina tiene a Lionel Messi y tan solo una escapada de él con asistencia incluida, tras rebote en Oscar Pérez, bastaron para que Carlos Tévez, en claro offside, cabeceara con el arco vacío y pusiera el 1 a 0. Siete minutos después, Ricardo Osorio se equivocó feo y todo fue merito de Gonzalo Higuaín que se sacó de encima a su marca y estiró la ventaja a dos, transformándose en el goleador de la Copa… Fin del primer tiempo y sensación de partido definido.
¿Dónde había quedado el planteo de México para estas alturas? Archivado en un cajón. Para la segunda mitad y, más aún con el 3 a 0 que llegaría, otra vez, por cortesía del Apache, el entrenador azteca se decidió por atacar, se olvidó del control de la pelota y terminó poniendo cuatro delanteros en cancha. Del otro lado, Maradona realizó cambios que no dieron resultado y solo sirvieron para regalar, de manera exagerada, terreno y posesión
Fue allí que se empezaron a encender las alarmas que ponen algo de preocupación de cara al encuentro frente a Alemania. Con poco, los de Aguirre se las ingeniaron para complicar en demasía a una defensa que, de la mano de un inseguro Martín Demichellis, demostró muchas falencias a la hora de marcar y dejó en claro que ese es el punto más débil del equipo.
Así, entre remates que pasaban cerca, contraataques que no llegaban a inquietar, salvadas en la línea y centros al por mayor llegaron, primero, el descuento por intermedio de Javier Hernández y luego, el pitazo final que aseguró el pase a Cuartos.
Argentina ganó y, más allá del embate final de su rival, no sufrió demasiado. Ahora, afrontará su partido más duro en lo que va del Mundial. En frente estará Alemania y si bien hay muchos motivos para pensar en la clasificación a las Semifinales, la sensación de que un equipo de buen nivel puede traer serios problemas y la inseguridad que esto genera, están más presentes que nunca.
Foto: El Argentino
martes, 29 de junio de 2010
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