
Sabemos que esto es fútbol, un deporte en equipo con once jugadores por lado y una pelota que se tiene que meter en el arco rival para definir el resultado. Pero este hermoso juego, se sabe, es pasión de multitudes, y donde la gente pone el ojo también lo ponen los empresarios, las grandes marcas, los lucradores. Así, la pelota se ha transformado en el negocio más grande del mundo y el mundial en el evento cumbre de él. Los que tratan de sacar ventaja por medio de esto buscan una consumición excesiva por parte del oyente, televidente lector o espectador. La manera de lograrlo contiene siempre un mismo discurso: “Argentina va a ser campeón del mundo”.
El pueblo compra, dentro de él también están los periodistas que, al ser personas se creen lo mismo que el común de la gente. Ellos dan su punto de vista y la mayoría de veces es bueno ante cualquier victoria del seleccionado, el receptor capta el mensaje (“si lo dicen ellos que tanto saben…”) y agranda su bola de alegría y triunfalismo. Cuando Argentina cae derrotada sale lo peor de ellos. La gente es igual. Complicidad mutua. Por suerte, todavía quedan algunos reporteros talentos que no caen en este círculo vicioso.
Abran los ojos, argentinos. En un torneo como este hay que ir paso a paso, no festejen en el obelisco un triunfo de primera ronda si después van a decir que perder en cuartos es fracaso, no digan que tenemos el mejor equipo del mundo después de jugar contra selecciones de menor jerarquía y golearlas, no caigan sobre Messi, es el mejor y no hay dudas. No sean tan básicos.
Parece que se muere el fútbol cuando el conjunto nacional queda eliminado de una Copa del Mundo, pero no es así. Este deporte nunca va a dejar de cautivar a buenos y malos, nunca va a dejar de ser pasión, nunca nos va a cansar, pero esperemos que algún día lo podamos analizar con los ojos abiertos, ojalá el argentino se prepare mejor, que sea más frío de la cabeza, de la parte caliente se ocupa el corazón. Nuestra pasión no es ese exitismo criticón disfrazado de folclore. Nos vemos en cuatro años, Mundial.
Ya se que es medio tarde para hacer un comentario de esta nota, pero me parece genial. Esta nota me ayuda a darme cuenta que no soy el unico que piensa de esa forma, que no soy el unico que sabe que ese equipo estaba totalmente inflado por la prensa y por las publicidades... Todos nos dabamos por campeones, pero perder con alemania fue un baldazo de agua fria que nos hundio en la mas profunda realidad, y a travez de ello se ejecuto una gran serie de conflictos e internas (inventadas o no) que desemboco en la nueva dirigencia tecnica de Sergio Batista. Toda la suerte para él y para el estudiante de periodismo que escribio esta nota y reflejo mis pensamientos en ella.
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