martes, 13 de julio de 2010

La “Furia” se quedó con la Copa

(Por Emanuel Pesaresi) - El estadio Soccer City de Johannesburgo, fue esta tarde el escenario de una de las finales mas atípicas de los últimos mundiales, ya que se enfrentaron dos selecciones, que nunca habían logrado a lo largo de su historia levantar la Copa, hecho que no sucedía desde aquella final de Argentina 1978, donde holandeses y argentinos dieron la vida en la cancha y al final la gloria fue para los locales.

Esta vez al igual que 32 años atrás, Holanda volvió a estar presente en el partido decisivo, tras una primera ronda de 9 puntos, pudo dejar en el camino a Eslovaquia en octavos y en cuartos y semifinales a Brasil y a Uruguay respectivamente, para así llegar a estar entre los dos mejores, pero en la final se encontró con el gran favorito, “La Furia Roja”, España que aunque comenzó el torneo con un tropiezo frente a la débil Suiza, sacó su buen juego y con el logró ganar los dos partidos siguientes a Honduras y a Chile, para así meterse en la segunda ronda, donde con todos resultados de 1 a 0 pero merecidamente, venció a Portugal en octavos, a Paraguay en cuartos y a la poderosa Alemania en semifinal para de esta manera acceder por primera vez en su historia a la final de una Copa del Mundo.
El partido comenzó con un claro dominio ibérico, tanto así que apenas a los cinco minutos Sergio Ramos con un cabezazo pudo abrir el marcador, pero el guardameta holandés Stekelemburg ahogó el grito de gol.

Aunque España manejaba la pelota con Xavi buscando a Villa constantemente por el medio, el arco no se le abría a los de Del Bosque y cuando promediaban los 20 minutos, Holanda comenzó a manejar mas la pelota y a buscar por medio de Robben llegar al arco de Casillas, pero tampoco lo lograba. El encuentro cayó en una meseta donde predominaba el juego brusco, que dejó 8 amonestados en la primera mitad, 5 holandeses y 3 españoles y donde ninguno de los dos podía llegar con claridad al arco rival, hasta que cuando se esfumaba la primera mitad Robben encontró una pelota al borde del área española, disparó al arco pero Casillas salvó a su equipo.

En la segunda mitad el partido se soltó y ambas selecciones fueron con todo a buscar el gol, pero este no aparecía, Robben estuvo muy cerca de encontrarlo cuando promediaban los 20 minutos luego de una gran habilitación en profundidad de Sneijder, con la que el delantero naranja, quedó solo frente al arquero y definió a su derecha, pero en gran forma Casillas nuevamente sacó la pelota.

España no se quedó atrás y a los 24 minutos, tras un centro, Villa recibió una pelota al borde del area chica y de ahí pateó al arco, pero Heitinga desde el suelo mantuvo en cero la valla de Holanda, ya cuando faltaban 15 minutos para el final del encuentro, Ramos volvió a tener la victoria en su cabeza tras un tiro de esquina, pero la mandó por encima del travesaño dejando el marcador en cero con el que finalizó el partido.

En el comienzo del alargue Vicente del Bosque puso a Fabregas en la cancha dándole mas rapidez y profundidad al ataque español y a los 4 minutos, el recién ingresado pateó desde afuera del área y una vez mas Stekelemburg se quedó con la Jabulani, en el resto del tiempo extra, los Ibéricos fueron superiores, pero el gol no llegaba y cuando promediaban los 4 minutos de la segunda mitad del alargue, Heitinga fue expulsado por doble amonestación, lo que le dio mas aire a España, que minutos mas tarde por medio de Iniesta quien desde el borde del área chica fusiló a Stekelemburg consiguió el 1 a 0 definitivo, con el que se consagró por primera vez en la historia campeón de la Copa del Mundo de la FIFA.

martes, 6 de julio de 2010

Ahora viene lo típico

(Especial por Nicanor Olivetto, alumno de 2º año) - Ahora viene lo típico, más de lo mismo. La eliminación de la Selección argentina en ante Alemania trae al cuerpo los sentimientos repetidos que cada cuatro años se dan desde 1990. Durante la semana que viene, vamos a escuchar periodismo de todo tipo: los que hacen leña del árbol caído, los que defienden el proceso, los que hablan de peleas internas en el grupo y los que sostienen que no se puede tomar el fútbol como la vida. Pero hay un clima triunfalista que se crea a partir de tantas publicidades, cierta necesidad de buscar felicidad, un periodismo que busca vender ideas más que formarlas y una idiosincrasia soberbia de la masa del pueblo. Todos estos factores crean al monstruo, una sociedad que no sabe controlar sus emociones ni analizar fríamente los hechos.

Sabemos que esto es fútbol, un deporte en equipo con once jugadores por lado y una pelota que se tiene que meter en el arco rival para definir el resultado. Pero este hermoso juego, se sabe, es pasión de multitudes, y donde la gente pone el ojo también lo ponen los empresarios, las grandes marcas, los lucradores. Así, la pelota se ha transformado en el negocio más grande del mundo y el mundial en el evento cumbre de él. Los que tratan de sacar ventaja por medio de esto buscan una consumición excesiva por parte del oyente, televidente lector o espectador. La manera de lograrlo contiene siempre un mismo discurso: “Argentina va a ser campeón del mundo”.

El pueblo compra, dentro de él también están los periodistas que, al ser personas se creen lo mismo que el común de la gente. Ellos dan su punto de vista y la mayoría de veces es bueno ante cualquier victoria del seleccionado, el receptor capta el mensaje (“si lo dicen ellos que tanto saben…”) y agranda su bola de alegría y triunfalismo. Cuando Argentina cae derrotada sale lo peor de ellos. La gente es igual. Complicidad mutua. Por suerte, todavía quedan algunos reporteros talentos que no caen en este círculo vicioso.

Abran los ojos, argentinos. En un torneo como este hay que ir paso a paso, no festejen en el obelisco un triunfo de primera ronda si después van a decir que perder en cuartos es fracaso, no digan que tenemos el mejor equipo del mundo después de jugar contra selecciones de menor jerarquía y golearlas, no caigan sobre Messi, es el mejor y no hay dudas. No sean tan básicos.

Parece que se muere el fútbol cuando el conjunto nacional queda eliminado de una Copa del Mundo, pero no es así. Este deporte nunca va a dejar de cautivar a buenos y malos, nunca va a dejar de ser pasión, nunca nos va a cansar, pero esperemos que algún día lo podamos analizar con los ojos abiertos, ojalá el argentino se prepare mejor, que sea más frío de la cabeza, de la parte caliente se ocupa el corazón. Nuestra pasión no es ese exitismo criticón disfrazado de folclore. Nos vemos en cuatro años, Mundial.